Construyendo Relaciones Que Fomentan Auto-control, Altruismo y Conformidad

Colin E. Johnson

 

Lily tiene casi tres, y ella acaba de empezar clases de ballet. No me sorprende que en el salón de clase la observo bailando en un patio pequeño, estirando sus manos sobre su cabeza y alzando su pierna de manera torpe pero intensamente pensativa. Me agacho para estar a su nivel, sonriendo mientras que ella observa mis movimientos. Ella parece haber terminado. Asi que aplaudo suavemente, diciendo con una sonrisa: “Estás practicando tu ballet.” Esperaba que ella respondiera con una sonrisa, una luz en sus ojos, o una expresión de orgullo.

“Pisaste a mis bailarines,” ella dice, con voz seca. Su decepción es palpable.

Este es mi mayor fracaso como maestro–inconscientemente pisoteando un grupo entero de artistas.

“Están lastimados,” ella me dice. Rápidamente saco Curitas imaginarias de mis bolsillos y mimo que estoy curando a los bailarines invisibles, esperando que la niña me perdone y que algún día ellos podrán volver a bailar. Pensé que estaba haciendo lo correcto, acercándome a ella como lo había hecho. Pero mi ignorancia de su juego resultó en un momento de irrespeto, y yo sentía que tenía que recuperar su confianza.

Desde las primeras etapas como maestro me enseñaron que las relaciones que formamos con los niños son importantes; pero me tomó tiempo y reflexión para aprender cómo construirlas efectivamente. Siempre habrán tropiezos individuals, como mi problema con Lily, pero es la impresión total que importa realmente. Dar a los niños momentos de confianza significa darles las herramientas que necesitan para verdaderamente ser ellos mismos.

En mi artículo anterior, yo afirme que los niños merecen nuestra confianza debido a las notables competencias que demuestran en sus vidas diarias. Sin embargo, también mencioné que la confianza es recíproca. Por lo mucho que los niño benefician de nuestra confianza en ellos, ellos también siguen adelante en su desarrollo debido en gran parte a la seguridad que sienten en su confianza en nosotros. La confianza mutua–adultos teniendo fe en los niños, y los niños dependien en los adultos–funciona como un impulso donde ambos lado se suman a más de la suma de sus partes.

Trabajando en un salón de clase centrado en los niños, tengo experiencia de primera mano sobre este tipo de interacción. Recientemente, en mi salón de clase los niños han empezado a construir “oficinas” hechas de bloques de madera, creando cercas y escenarios dentro y sobre las cuales ellos pueden jugar lo que sea, desde profesionales ordinarios hasta superhéroes valientes. Mientra que estas estructuras son desarrolladas durante las dos horas de juego libre que ofrece la escuela, los niños construyen utilerías con papel y cinta adhesiva, cazan villanos, o buscan a otros amigos. Cada vez, los niños buscan a una maestra o a un maestro cercano: “¿Puede cuidar de esto por nosotros?” Nosotros estamos encantados de mantener la guardia frente sus estructuras valiosas para su juego contínuo, y aunque parezca simple, dejar su valiosa estructura en las manos de un maestro permite que los niños se muevan a nuevas áreas y nuevos materiales para extender el juego. Las utilerías que construyeron agregan una complejidad a las historias que cuentan y los papeles que asumen. Los villanos que derrotan contribuyen a su sentido de poder, valentía y moralidad. Y los niños que buscan ofrecen nuevas e importantes oportunidades para perfeccionar y definir sus habilidades sociales.

Esta declaración-que los niños alcanzan su mejor desempeño cuando ellos confían en los adultos que los rodean-se basa en más que las experiencias diarias de un cuidador. La teoría sugiere un modelo transaccional de desarrollo (Sameroff & MacKenzie, 2003), en el cual el comportamiento de una persona provoca una reacción de la otra persona, provocando un nuevo comportamiento y una nueva reacción a su vez. Aunque este modelo de acción-reacción puede parecer obvio en muchos sentidos, una gran cantidad de investigaciones demuestran cómo relaciones aparentemente no relacionadas pueden influenciar las partes esenciales en el desarrollo de los niños.

Todo se suma a esto: Cuando los niños confían en adultos, ellos muestran mayor rendimiento en

  • 1: auto-control,
  • 2: altruismo,
  • 3: conformidad.

¿No son estas todas las característica que tratamos de impresionar sobre los niños quienes apoyamos? ¿No son todas esenciales para su éxito en la escuela y su futuro? Cuando los adultos demuestran honradez y fiabilidad los niños rindan al máximo de su potencial, y así ilustran su propia competencia en un nivel superior, reforzando su desarrollo integral y la continuación de un ciclo de confianza con sus cuidadores.

Echémosle un ojo al autocontrol. Gran parte de la psicología moderna desarrollista se ha basado en la Prueba de Malvavisco, originalmente desarrollada por el Dr. Walter Mischel a mediados de los años 60 para medir el autocontrol de los niños, o más concretamente, su capacidad para retrasar la gratificación con el fin de recibir un mejor resultado. La tarea era simple: Un investigador visita una habitación espartana y les ofrece una golosina. Luego el adulto dice que va a salir de la a habitación por un tiempo, y que el niño podría comer la golosina.

Sin embargo, si no comen la golosina, y esperaron hasta que el investigador regrese (¡hasta 20 minutos!), podrían tener dos golosinas. Mischel registraba si los niños esperaban, cuánto tiempo esperaron, y las clases de estrategias que utilizan para controlarse a sí mismos. El punto crucial del estudio se encuentra con su seguimiento: Mischel siguió muchos de estos niños durante todas su vidas, y los que esperaban para recibir la golosina adicional tendían a obtener mejores resultados en todo tipo de resultados, desde la salud a la riqueza, hasta para el rendimiento académico. ¡Las cosas buenas vienen a aquellos que esperan!

Claro, como cualquier estudio, han habido muchos, muchos seguimientos y perfeccionamientos para nuestro entendimiento de este constructo, y una es particularmente relevante a la misión de SUNKISSED FAMILIES. En el 2013, Celeste Kidd, Holly Palmeri, y Richard N. Aslin hicieron un exámen para probar cuantas relaciones entre adultos y niños influenciaron el éxito del niño en esta tarea tradicional. Aunque el trabajo de Mischel se observa con más frecuencia en su relación con la “capacidad de autocontrol” de los niños-la capacidad psicológica para retrasar la gratificación-Kidd y sus colegas también examinaron cómo las creencias son “establecidas”-la creencia de un niño que su esfuerzo será, en efecto, será recompensado.

Lo hicieron mediante el establecimiento de la fiabilidad del investigador-o la falta de ella-antes del retraso tradicional de la gratificación. Todos los niños en el estudio fueron invitados a participar en una actividad de arte, dibujo o un juego con pegatinas: Ellos podían utilizar crayones viejos o pegatinas aburridas ahora, o esperar hasta que el investigador regresara con nuevos lápices de colores o pegatinas emocionantes. Sin embargo, sólo la mitad de los niños recibieron los materiales de arte deseables que habían sido prometidos. A la otra mitad se les dijo que habían hecho un error; que podrían utilizar los materiales viejos en su lugar. A continuación, los niños pasaron a la típica prueba de malvavisco-uno ahora o dos más tarde.

Asombrosamente, los niños quienes tuvieron contacto con adultos fiable-los que cumplieron su promesa-esperaron un promedio de cuatro veces más tiempo (12 min. vs. 3 min.) antes de comer el malvadisco. ¿La explicación? Los niños se controlaron a sí mismos cuando confiaban en los adultos con quien hicieron el trato; y si la espera no funcionó con el proyecto de arte, no había ninguna razón porque esperar a los malvaviscos. El retraso de la gratificación es la mejor decisión sólo si realmente cree que el pago de compensación en realidad viene! (Kidd, Palmeri, y Aslin, 2013).

Más allá de controlar su propio comportamiento para lograr un mejor resultado personal, nosotros también esperamos que nuestros hijos e hijas generen las habilidades y las motivaciones para ayudar a los demás: Nosotros queremos que desarrolles altruismo. Una gran cantidad de investigaciones ha comenzado a demostrar el altruismo aparentemente inherente de los niños jóvenes (Gopnik, 2009). Un método clásico para probar la conducta altruista de un niño es tener investigador que “accidentalmente” deja caer un lápiz o un juguete durante una interacción. Si el niño para lo que está haciendo y lo recoge, ellos han demostrado altruismo espontáneo. ¡Y muchos niños lo hacen!

Es particularmente interesante el papel del moderador de la relación niño-adulto en esta cualidad honorable. En un estudio reciente de la Universidad de Stanford, investigadores jugaron con niños antes de empezar la tarea. Cuando los investigadores participaron en juego recíproco–como pasando una pelota–los niños tenían más del doble de probabilidades de ayudar comparado a cuando habían jugado del lado al lado con los investigadores o simplemente leído un libro (Barragan & Dweck, 2014). Es decir, cuando los adultos se involucraron en un intercambio de confianza, incluso en una escala pequeña, era más probable que los niños sean espontáneamente gentiles y corteses.

¿Y qué hay de conformidad? La conformidad no es sólo seguir instrucciones, pero en realidad se observa como la internalización de normas y valores culturales en el niño (Wachs, Gurkas, & Kontos, 2004). Usted puede imaginar que los altos niveles de conformidad son el objetivo de muchos cuidadores, no necesariamente para el manejo del salón de clase o el silencio elusivo, pero más bien para la intención más profunda de ayudar a los niños crecer a ser miembros participantes y gentiles de una comunidad.

Es importante destacar que las relaciones mutuas durante la infancia (de uno a dos años) predicen la conformidad interior para los niños de 4 años de edad(vWachs, Gurkas, y Kontos, 2004). Esta relación entre el tipo de relación entre adulto-niño, en sí generado por patrones entre muchas interacciones individuales, también se traslada a jardines de niños. El cuidado de alta calidad en los salones de clases, en gran parte, está marcada por la interacción responsiva entre profesor-niño, afecto positivo de los maestros, y un uso mínimo de los métodos de control negativo. En este entorno, los niños no sólo muestran mayores tasas de cumplimiento de los profesores, sino también a sus padres fuera de la escuela; y se desempeñan mejor en otras tareas de investigación, tales como retrasar la gratificación (vea más arriba) (Wachs, Gurkas, y Kontos, 2004).

Sin embargo, note el principio importante que estas relaciones no son necesariamente causales. Pero, en realidad, este es el punto: Wachs y sus colegas (2004) hicieron hincapié en “la capacidad de respuesta mutua” en sus definiciones de las interacciones de alta calidad: los adultos y los niños escogen sus comportamientos sobre la base de lo que vieron en la otra persona. Una respuesta positiva resulta en otro, y otro, hacia atrás y hacia adelante, hasta que surge un patrón con el tiempo que influye en el corazón de cómo los niños perciben sus relaciones con los adultos y con el mundo que les rodea, una relación definida por la confianza. Al mismo tiempo, la falta de previsibilidad o de certeza predecible, puede derivar en la percepción de desconfianza en los demás y el propio medio ambiente. Al final, lo mejor que podemos hacer por los niños es ser constante y fiable: Si saben cómo vamos a responder, pueden controlar su propio comportamiento para que coincida.

Referencias

Colin E. Johnson
Manager of Programs for Parents and Educators
Head Teacher, Bing Nursery School
Stanford University

PUNTOS CLAVE DE SUNKISSED FAMILIES:


  • 1. El comportamiento de adultos tiene una influencia sobre los niños.
  • 2. Los niños alcanzan su potencial completo con adultos receptivos.
  • 3. La confiabilidad adulta mejora el autocontrol, el altruismo y la conformidad de los niños.


Únase a nuestra lista electrónica! Reciba nuestros consejos directamente en su buzón de correo y empiece a aprender sobre la vida de su hijo/a en etapas.

* se requiere indicación
Show Buttons
Hide Buttons